Tablas por segundos (Icchokas Meras. Editorial RBA. 160 págs.)
Reconozco que éste es un libro que había acumulado polvo en la estantería de mi habitación durante varios años, hasta ahora. Ya en las primeras páginas, el lector se percata de que se encuentra frente una novela enmarcada en el Holocausto lituano del todo atípica y sobria. En primer lugar, la considero atípica por la original estructura del relato: en lugar de narrar la historia de forma cronológica, lineal, el autor juega con una estructura mucho más compleja. Iniciando cada capítulo con una jugada de la escalofriante partida de ajedrez entre Schoger, el comandante alemán del gueto, e Isaac, el último hijo con vida del anciano Abraham Lipman; la historia pronto se traslada al pasado y el narrador deja de ser omnisciente para ser uno de los seis hermanos de Isaac –que nos narran un momento determinante de su vida, en muchos casos el último- u otro personaje. Así, a través de un intrincado mosaico de historias personales, muchas veces cruzadas, Meras nos aproxima a una época y a unas personas de forma directa, plástica y, en ocasiones, descarnada.
En segundo lugar, cabe decir que, si algunas novelas sobre el Holocausto son maniqueas –es decir, sólo hay personajes blancos o negros-, ésta dista mucho de serlo. Parece como si Meras, al contar su relato, no quisiera juzgar a los personajes, simplemente mostrar sus historias, sus acciones. Es, en mi opinión, una obra que refleja muy acertadamente la crueldad y la malicia que hay en toda guerra, de la cual difícilmente puede escapar nadie –quizá sea en este contexto donde cobre sentido la afirmación de Janek, el amigo de Isaac: “Si piensas que sólo el gueto es un gueto estás muy equivocado. Fuera también hay gueto. La única diferencia es que el nuestro está cercado y el otro no”-. Destaco, junto a esto, el elegante juego que hace el autor con las elipsis, centrando la atención en los sucesos más sutiles y alejándola de los más terribles. Narrada de una forma ágil y contenida, Tablas por segundos es una novela que no deja indiferente.
Reconozco que éste es un libro que había acumulado polvo en la estantería de mi habitación durante varios años, hasta ahora. Ya en las primeras páginas, el lector se percata de que se encuentra frente una novela enmarcada en el Holocausto lituano del todo atípica y sobria. En primer lugar, la considero atípica por la original estructura del relato: en lugar de narrar la historia de forma cronológica, lineal, el autor juega con una estructura mucho más compleja. Iniciando cada capítulo con una jugada de la escalofriante partida de ajedrez entre Schoger, el comandante alemán del gueto, e Isaac, el último hijo con vida del anciano Abraham Lipman; la historia pronto se traslada al pasado y el narrador deja de ser omnisciente para ser uno de los seis hermanos de Isaac –que nos narran un momento determinante de su vida, en muchos casos el último- u otro personaje. Así, a través de un intrincado mosaico de historias personales, muchas veces cruzadas, Meras nos aproxima a una época y a unas personas de forma directa, plástica y, en ocasiones, descarnada.
En segundo lugar, cabe decir que, si algunas novelas sobre el Holocausto son maniqueas –es decir, sólo hay personajes blancos o negros-, ésta dista mucho de serlo. Parece como si Meras, al contar su relato, no quisiera juzgar a los personajes, simplemente mostrar sus historias, sus acciones. Es, en mi opinión, una obra que refleja muy acertadamente la crueldad y la malicia que hay en toda guerra, de la cual difícilmente puede escapar nadie –quizá sea en este contexto donde cobre sentido la afirmación de Janek, el amigo de Isaac: “Si piensas que sólo el gueto es un gueto estás muy equivocado. Fuera también hay gueto. La única diferencia es que el nuestro está cercado y el otro no”-. Destaco, junto a esto, el elegante juego que hace el autor con las elipsis, centrando la atención en los sucesos más sutiles y alejándola de los más terribles. Narrada de una forma ágil y contenida, Tablas por segundos es una novela que no deja indiferente.
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