Ahí va una cinta para los que os guste el cine, pues os aseguro que no os vais a arrepentir de verla. Es considerado por muchos como uno de los mejores filmes del genial Woody Allen. Ingenioso, mordaz, divertido, original... el director logra condensar sus mejores cualidades en un film sencillo y breve (1h 15min), pero inigualable a su vez. Cecilia (Mia Farrow) es una camarera de un café de Illinois, en plena depresión. La vida no parece fácil y Cecilia va tantas veces como puede al cine del barrio a enjugar sus penas con películas de Fred Astaire y Ginger Rogers. El mundo de los sueños es su única vía de escape, pues su marido es un alcohólico parado que cuando llega a casa le pega para pedirle luego perdón una y otra vez. Nuestra protagonista no es más que una infeliz, que cada vez que decide irse de casa ve que tiene que regresar, pues, aunque dolorosa, esa es la vida que le ha tocado. Un buen día llega a la cartelera una película nueva, La Rosa Púrpura del Cairo, donde actúa un joven explorador que cautiva desde el principio a Cecilia. Es genial, y ella decide ir a verla tantas veces como puede, hasta que un día el protagonista decide salir de la pantalla para reunirse con Cecilia, de la que se ha enamorad

Hay decenas de puntos fuertes que me pararía a comentar, pero intentaré escoger un par. En primer lugar, la ambientación. Es impresionante, a pesar de la sencillez de la trama, lo lograda que es. No me refiero sólo a los escenarios, también al vestuario, la música (la inolvidable "Cheek to Cheek"), los cines... No le falta un sólo detalle. Es una atmósfera de ensueño donde uno desearía adentrarse. Por último, decir que el film es un gran homenaje al cine: su ambiente (tan bien plasmado en la película), el amor idealizado de las películas, los sueños imposibles... un mundo inalcanzable en la realidad. Quizá sea por esto que lo amamos tanto. Allen compone un gran mosaico donde toca muchos temas a través de la simpleza y lo concreto.
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