LA VIDA DE LOS OTROS (F.H. Von Donnersmarck, 2006)
El debutante Von Donnersmarck logró hacer de este film un conmovedor retrato de la realidad gris, amenazante y a la vez monótona que envolvía a la Alemania comunista. Un ejemplo sobrio y admirable a seguir para el cine europeo de nuestros días.
La película trata de dos vidas relacionadas pero distantes entre sí, con las que se nos introduce al día a día de un régimen totalitario a la vez que se nos van descubriendo sus últimas consecuencias: Dreyman, escritor afín a la RDA y Wiesler, un calculador capitán de la policía secreta, la Stasi, al que le ha sido confiada la tarea de controlar los movimientos del sospechoso.
Es sin duda el recientemente fallecido Ulrich Muhe quien se lleva la palma con su soberbia interpretación del capitán Wiesler, ya que logra transmitir de
una forma verosímil la evolución interior de un hombre que descubre su humanidad a través de lo inhumano. Podriamos decir que el cine alemán de estos últimos años se encuentra en plena forma gracias a nuevas promesas como Donnersmarck y otros.
Lo mejor: Destacaría dos momentos: la escena en la que Dreyman toca al piano la "Sonata para un buen hombre" mientras Wiesler escucha desde su sótano de espionaje, removiéndose profundamente; y cuando Wiesler toma vodka en un bar teniendo enfrente a la novia de Dreyman, quien llora en silencio, al igual que el capitán, su atormentada vida en un mundo despiadado.
Lo peor: Alguna escena explícita innecesaria. Como decía el cineasta Lubitsch: “Se dice más mostrando una puerta cerrada que una bragueta abierta”
El debutante Von Donnersmarck logró hacer de este film un conmovedor retrato de la realidad gris, amenazante y a la vez monótona que envolvía a la Alemania comunista. Un ejemplo sobrio y admirable a seguir para el cine europeo de nuestros días.
La película trata de dos vidas relacionadas pero distantes entre sí, con las que se nos introduce al día a día de un régimen totalitario a la vez que se nos van descubriendo sus últimas consecuencias: Dreyman, escritor afín a la RDA y Wiesler, un calculador capitán de la policía secreta, la Stasi, al que le ha sido confiada la tarea de controlar los movimientos del sospechoso.
Es sin duda el recientemente fallecido Ulrich Muhe quien se lleva la palma con su soberbia interpretación del capitán Wiesler, ya que logra transmitir de
Lo mejor: Destacaría dos momentos: la escena en la que Dreyman toca al piano la "Sonata para un buen hombre" mientras Wiesler escucha desde su sótano de espionaje, removiéndose profundamente; y cuando Wiesler toma vodka en un bar teniendo enfrente a la novia de Dreyman, quien llora en silencio, al igual que el capitán, su atormentada vida en un mundo despiadado.
Lo peor: Alguna escena explícita innecesaria. Como decía el cineasta Lubitsch: “Se dice más mostrando una puerta cerrada que una bragueta abierta”
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